El post de la pobreza en México

El sunday stuff incluye la barbacoa en la mañana o menudo y también leer internet (Google News) para saber que dice el mundo, y que dicen de México.
En estos días está el análisis de la crisis económica y su repercusión en este país y por supuesto, se enfoca en el mal de siempre: la pobreza, que defino como falta de oportunidades, simplemente.
Es de reconocer que el secretario de la SEDESOL y el mismo Calderón admitan que la cifra de personas en pobreza ha aumentado en los últimos años. Tal vez eso lo hará sentir menos culpable, o, posiblemente, le permita también decir que no toda la culpa es de su gobierno sino del sistema, de malos y pésimos sexenios (qepd López Portillo).

Aquí un extracto de un artículo en Milenio:

Los pobres de Calderón son la síntesis de un fracaso de generaciones de gobernantes, son el balance de mucho tiempo acumulado de promesas de mejoría y que ahora colapsan en una penosa evidencia. El modelo estatista se colapsó para no regresar. La crisis propició la nostalgia y el anhelo por un pasado idealizado. Por momentos el país creció, las reformas salinistas y zedillistas parecían llegar a un momento culminante con el arribo de la alternancia y del gobierno dividido. Pero con la democracia no se reinventó el país, sino que el autoritarismo encontró espacios generosos en la frivolidad y mediocridad de sus políticos. Todos se conformaron con un pedazo del pastel como lo atestigua el destino del presupuesto. Ahora hay elecciones democráticas, pero el voto no da buenos gobiernos, ni siquiera sirve para sancionar el abuso o reconocer el acierto, allí están las mayorías casi unánimes en Puebla y Oaxaca, sólo por mencionar los casos de mayor oprobio colectivo. Los pobres de Calderón son condena irrefutable al orden de cosas

Existe una propuesta de aumentar 2% la tasa general del IVA y que ese mismo porcentaje sea destinado a la reducción de la pobreza. Pero ¿existen los mecanismos para asegurarnos que así sea? Por supuesto que no. Y aún habiendolos, no creo que suceda. ¿Cuántas veces nos hemos dado cuenta que la ayuda para damnificados por algún desastre natural nunca llega a ellos, sino a manos de funcionarios o sindicatos?